Una pequeña experiencia de la Asamblea del CPT

En el día de ayer (04/04/2019) asistí al Colegio de Psicólogos de Tucumán para la Asamblea Anual Ordinaria 2019.

Iniciábamos la actividad recién a las 19 hs, una reunión convocada a las 18hs (tenemos una hora de tolerancia) con pocos psicólogos presentes (54 en relación a los 3000 matriculados) y me lleva a preguntarme ¿Qué nos pasa al participar tan poco? ¿Estamos ocupados en nuestras propias cosas? ¿A quién dejamos nuestro gobierno? ¿Esto nos pasa como sociedad?

A poco empezar se solicitó una moción de orden sobre la Memoria 2018 previo a la votación “Que no se lea la memoria” total todos la habían podido leer desde su publicación el 20 de marzo y me lleva a preguntarme ¿El esfuerzo que realizaron todos los psicólogos del 2018 no tiene sentido expresarlo, aunque sea comentar los logros de la gestión? ¿Cansa mucho utilizar la palabra? ¿No estaban preparados para hablar sobre lo que hicieron? ¿O el resto de los psicólogos no se encontraban disponible para escucharlo?

Una vez aprobada surgió la segunda propuesta (foto que acompaña a este artículo) que «Se debate» o «No se debate» el contenido de la Memoria y me llevó a preguntarme ¿Cuál es el objeto de una asamblea si no es debatir? ¿Cuestionar? ¿Preguntar?

Aquí sucede lo más sorprendente para mí: se aprueba “No se debate” (31 a 23) logrando cerrar la apertura del diálogo, de la escucha, de compartir, disentir y me llevo a preguntarme ¿Esto puede llegar a generar un síntoma? ¿Hacía donde se va lo que no se dice? ¿Somos los psicólogos un ente burocrático más? ¿Sería más conveniente convertir nuestro colegio en una empresa de gestión de ingresos y egresos?

De esta manera se aprobó una memoria sin escucharla, sin debatirla, a libro cerrado y esto me lleva a preguntarme ¿Acaso por eso dejan de participar los colegas? ¿Nos cerramos la posibilidad de construir? ¿Hacía que camino lleva estas estrategias políticas?

Así siguió esta asamblea habiendo cada vez más colegas que se iban sumando (hasta llegar a los 100 aproximadamente).

De esta manera se expuso el Informe de Sindicatura sobre la situación del colegio desde una sindicatura que se encuentra bastante limitada en su accionar observando deficiencias en relación a la gestión ¿Qué nos pasó que frente a errores no se exigen su corrección? (falta de actas, falta de presencia de Sec. General) ¿Qué pasa con las cosas que realmente están mal y no se modifican? ¿Cuál es el límite de acción de la sindicatura?

Después se mostró hablo sobre un Balance 2018 donde había pocas y confusas posibilidades de explicar diferencias y además con una pobre ganancia de 45.214,55 y esto me llevo a preguntarme ¿Nosotros los psicólogos no podemos/queremos entender de números? ¿Esa exigua ganancia se justifica para la modificación un par de espacios del colegio? ¿Por qué tenemos una estructura de empleados tan sobrevalorada?

Y por último inicia para el debate del Presupuesto 2019 momento en el que se abrieron dos propuestas, una por el mismo consejo directivo con un aumento del 50% del costo de la matricula (entre otras cosas) y la de otra de un grupo de psicólogos que buscaban generar un mecanismo de ahorro para el fondo de inversión (0 en la postura oficial). Nuevamente gano la propuesta oficial. Esto me lleva por última vez a preguntar ¿Podemos ajustarnos a un aumento del 50% cuando nuestros ingresos no aumentaron de igual manera? ¿Cómo encontrar clientes que nos abonen un aumento del 50%? ¿Hay algo de lo que me estoy perdiendo para poder abonar tranquilamente esta diferencia?

Después llegamos a la Elección de Sindicatura donde mis fuerzas y energías quería destinarlas para estar con mi familia, así que vote y me fui simplemente decepcionado de aquello que no pude decir, expresar y disentir.

Por eso me propuse a escribir ¿Para qué? Todavía no lo sé.